@ScanPhase escanea y digitaliza en 3D el histórico puente romano “Pont del Diable” construido entre Martorell y Castellbisbal conectando ambas riberas del río Llobregat, el cual fue el único puente del valle bajo del Llobregat hasta el siglo XIV.
De origen romano, fue construido alrededor del año 10 a.C. durante el imperio de Augusto para ser transitado por carros de bueyes, con una longitud de 130 metros y una calzada ancha prácticamente horizontal. El conjunto formaba parte de la Vía Augusta, uno de los ejes principales de la red viaria romana en Hispania que conectaba la península Itálica con la Ibérica. Dando continuidad a la Vía Domicia y seguía en dirección a Gades (actual Cádiz) paralela al mar mediterráneo.
De la época romana se conservan los estribos del puente, hechos con grandes sillares, con inscripciones de las legiones que trabajaron (legiones X Gemina, IV Macedonica y VI Victrix), y un arco triunfal honorífico muy dañado en el margen izquierdo (extremo oriental del puente), ya del siglo II d. C., hecho con un núcleo de hormigón recubierto de sillares bajo el sistema constructivo de Opus Quadratum y que tenía dos pilastras de orden corintio en las esquinas para sostener el entablamento.
El puente fue destruido por una crecida del río, que se llevó la pila central, estando documentada una reconstrucción en el año 1143. Adosado al aparato romano se conserva un buen trozo de muro de época románica (1143) formado por hiladas regulares de pequeños sillares, y un arco de medio punto situado entre el estribo izquierdo y la arcada principal.
Posteriormente se reconstruyó como puente gótico con un solo arco, obra iniciada en el 1283 y acabada alrededor del 1295, bajo la dirección de Bernat Sellés, con dos arcos ojivales desiguales, el mayor de 21 metros de altura y 43 de ancho, para evitar el efecto de las riadas. Este arco central tiene doble ángulo, y encima del mismo, en la clave de bóveda, hay una pequeña construcción, como una caseta con tejado de dos vertientes. El nuevo perfil y la menor anchura ya no era adecuada para la circulación rodada, pero sí para el transporte con animales de carga, mucho más utilizado en la Edad Media.
Fue restaurado en el año 1768 por el ingeniero militar Juan Martí Cermeño.
En enero de 1939 el arco central fue volado durante la guerra civil y reconstruido en 1962 manteniendo fielmente la estructura de la reforma gótica del 1283.
El curioso nombre del puente viene de una antigua leyenda que dice que el diablo lo construyó para una criada que diariamente tenía que recoger agua en una fuente lejana y que estaba dispuesta a dar su alma a cambio de no tener que hacer tanto esfuerzo.
Con este trabajo se reafirma la importancia de la digitalización 3D y el empleo de nubes de puntos en elementos de patrimonio arquitectónico y cultural, ya que permite disponer de elementos precisos para su conservación según los lineamientos originales de sus creadores.
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